miércoles, 30 de octubre de 2013

Samaín (Samhain)

    Los antiguos pueblos celtas, llegado el final de octubre, solían celebrar una gran fiesta para conmemorar "el final de la cosecha", bautizada con la palabra gaélica de Samhain. Significa "el final del verano". Esta fiesta representaba el momento del año en el que los celtas almacenaban provisiones para el invierno y sacrificaban animales. Se acababa el tiempo de las cosechas y a partir de entonces los días iban a ser más cortos y las noches más largas. Los celtas creían que esta noche (31 de octubre), los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales, de este modo encendían grandes hogueras para ahuyentarlos.

    Era la fiesta nocturna que daba bienvenida al Año Nuevo. La costumbre era dejar comida y dulces fuera de sus casas y encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz.

    También adornaban el exterior de sus viviendas con nabos ahuecados (lo que posteriormente se haría con calabazas) con una luz interior, esculpidos con formas monstruosas, para ahuyentar a los malos espíritus. Además, encendían hogueras para mostrarles el camino a casa a los buenos y a los ancestros.

    Los druidas, sacerdotes de los celtas, salían por la noche y se vestían con pieles de animales, se pintaban la cara o usaban máscaras aterradoras y encendían grandes antorchas para asustar a los espectros y mantener a las fuerzas oscuras alejadas, de ahí lo de disfrazarse para Halloween.

    Al parecer, los celtas iban recogiendo alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses. Rituales que supuestamente incluían algún que otro sacrificio humano y para los que preparaban nabos huecos con carbón encendido en su interior, representando al espíritu que creían que les otorgaba poder. En esa mágica noche de rituales, se abría la puerta al más allá y los vivos y los muertos tenían la oportunidad de poder comunicarse.

   A pesar de ello, los irlandeses; entre otros pueblos de origen celta, como es el caso de Galicia, siguieron celebrando la tradición festiva de la noche de Samahin, el 31 de octubre desde el año 100 d.C.

  Posteriormente, con el cristianismo esta celebración se cristianizó pasando a denominarse como el día de todos los santos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario