viernes, 28 de febrero de 2014

Leyenda del río Miño.



     Esta leyenda cuenta que en la población de Francos, hay un pozo situado junto el río Miño que tenía una trucha en su interior, por eso era conocido por la gente por el “Pozo da Troita”. Y resulta que la trucha subía todas las semanas al pueblo para comer, y si no había nada que llevarse a la boca se comía un hombre, así que nadie se acercaba por el citado pozo, pues primeramente convertía a los aldeanos en cerdos flacos para ingerirlos con mayor facilidad.

      Quien sacaba provecho de todo esto era el herrero, ya que todos los miércoles la trucha subía hasta su fragua para que le rascase las escamas del dorso con un rastrillo de hierro, pues tenía la piel llena de granos y eso le aliviaba, y recompensaba al buen hombre con un saco de monedas de oro por ese servicio.  

     Pero cierto miércoles el vecino más valiente de la aldea se fue al pozo y vació dentro de él una garrafa de ácido fórmico mientras la trucha estaba en la herrería con sus picores, y así cuando volvió y se introdujo en el pozo se le quemó la piel y el estómago, desapareciendo para siempre.

     Los vecinos aún temen que salga del pozo y, enfadada, la trucha se coma a todos ellos.


viernes, 21 de febrero de 2014

Leyenda del río Miño (Outeiro de Rei).


     La Terra Chá (Tierra Llana) de Galicia es la cuna del río Miño y de muchos de los numerosos afluentes que le dan su fuerza y el misterio que le rodea hasta su desembocadura en el Océano Atlántico. Como río mágico, a lo largo de las tierras por las que discurre han surgido leyendas que han llegado hasta nuestros días por medio de la tradición oral.

      Conforme explican las gentes de Outeiro de Rei, hace mucho tiempo que un vecino de Cela andaba pescando con su barca en As Veigas y cuando intentó subir las redes, que tenía repletas de truchas, éstas reventaron dispersándose los peces por las aguas del río. El truchero muy enfadado comenzó a proferir insultos contra todos los santos y vírgenes del santoral que recordaba y estando en esa situación, repentinamente la barca volcó, quedando con la cubierta hacia abajo comenzando a hundirse en el Miño.

Por más esfuerzos que hacía el pobre pescador no podía deshacerse del enredo de las redes y aparejos y era arrastrado irremisiblemente hacia el fondo del río, momento en que desesperado se dio cuenta de la cólera empleada momentos antes, y en su angustia, se encomendó a Santa Isabel, a la que su madre lo había llevado ofrecido de niño. Al momento la barca emergió a la superficie, flotando con normalidad, completamente seca, llevando al truchero sano y salvo y la cubierta llena de tantos peces que ya no cabían más.


viernes, 14 de febrero de 2014

Leyenda de la laguna de Cospeito.

     En Cospeito, en la ladera del monte pequeño, hay una laguna llamada de los patos o de Valverde. Y junto ella, en lo alto, hay un sagrario de la virgen del Monte, que es muy visitado. Dicen que en el lugar en el que se encuentra actualmente la laguna había un pueblo que llamaban Valverde, que era muy importante, y que un día fue a ese pueblo un pobre que pidió posada o al menos algún cobertizo donde pasar la noche. Unos dicen que era un pobre hombre que iba pidiendo por las puertas, otros que era la misma virgen en persona, pero disfrazada. El caso es que nadie sentía lástima de aquel pobre hombre, y en vista del caso, salió del poblado y se fue hacia una casita de una familia que también era pobre. Esta familia lo recibió amablemente. Y como no tenían apenas que comer, determinaron matar a la única vaca que les quedaba para poder darle de cenar al hombre. Después de cenar el pobre les ordenó que los huesos grandes los echaran en una corte y los pequeños en otra. Al día siguiente, bien temprano, el pobre se levantó y llamó al dueño de la casa para que fuera a ordeñar las vacas. El dueño siguió durmiendo y no le hizo caso. Pero el pobre seguía gritando lo mismo, y el padre de la familia se negaba, y le dijo:

     - ¿Cómo voy a ordeñar las vacas, si la única que teníamos la maté ayer para que puediésemos cenar todos?

     El pobre le contestó:

     - Es tan cierto que tiene vacas, como que el pueblo de Valverde se inundó.

     El pobre desapareció y no se volvió a ver. La familia salió por la puerta y vieron que, tal y como dijera aquel hombre, el poblado de Valverde fue inundado y hundido en castigo por lo mal que lo trataran. Después fueron a las cortes y encontraron en donde dejaran los huesos grandes vacas, y donde dejaran los pequeños, había terneros. La familia se puso muy contenta.

     Pero en el lugar donde antes estaba Valverde todo era una gran laguna, y en lo alto del monte había una capilla con una imagen de la virgen, que por encontrarse en ese lugar, la llamaron la virgen del Monte.

     Se cuenta que en el fondo de la laguna cuando viene la sequía del verano se ven las chimeneas de algunas casas hundidas y la torre de la iglesia, hay quien dice que hasta se escuchan las campanas de aquel pueblo desgraciado de Valverde.


viernes, 7 de febrero de 2014

Virgen de los milagros de Saavedra (Begonte)


     Sobre el santuario existen diversas leyendas sobre el gran poder de la Virgen de los Milagros:

     Una de ellas narra como la Virgen evitó que los franceses en 1809, entraran con sus caballos en el templo y profanarlo, aunque estos lo intentaron varias veces.

     Otra nos cuenta que el criado del señor de Vilaguisada salió una noche a beber con unos conocidos, los cuales mataron al criado y lo dejaron delante de la puerta de su amo. La justicia consideró que el autor del crimen había sido el propio amo y lo detuvieron aunque el señor con insistencia negaba su culpabilidad. Antes de ser juzgado, pidió rezarle a la Virgen, acto que le fue concedido. En el camino, delante de un lugar llamado Fontetián donde había una fuente ligada al culto de la Virgen, le pidió a los guardias que le dejasen beber de ésta; al probar el agua las cadenas del reo se abrieron. Los guardias volvieron a ponérselas y lo llevaron al santuario. Allí al rezar las primeras oraciones, las cadenas volvieron a soltarse, cayendo al suelo, quedando así demostrada su inocencia. Este señor ha sido enterrado en el lado izquierdo del altar, y se asegura que en su entierro, la comitiva cubría una distancia de tres quilómetros.

     La última, cuenta que en una casa llamada Pozo, cerca del santuario, hubo un incendio en un pajar situado muy cerca de la vivienda familiar. Las llamas eran tan grandes que amenazaban con propagarse y destrozar la cogida de aquel año. Un miembro de la familia acudió a la rectoral, rogándole al párroco que le dejase llevarse la imagen de la Virgen a su casa y una vez la imagen llegó al lugar del incendio, el viento cambió de dirección, de manera que el peligro de propagación cesó.